Futuro en Pesadillas, final

-¿Vas a dejarlo estar así? Te había preparado un buen escenario en el que introducirte.

-No lo necesito, mi felicidad, como buen monstruo, es asustar a la gente. No merezco ser feliz, hay demasiadas tumbas a mis espaldas, demasiadas familias rotas…

-Eso ya no existe, lo destruimos, eres libre.

-Hoy le destrocé el hombro a un hombre, los huesos se esparcieron por entre sus músculos causándole hemorragias internas y posiblemente ahora mismo esté en una situación de vida o muerte.

-Puedo hacer que se cure con solo desearlo.

-Eso no hará que el peso de mis pecados sea más ligero.

-Puedo causarte la pérdida de todos tus recuerdos y dejarte vagando por el mundo.

-……… A eso no tengo nada que decir, no puedo evitar que lo hagas…

Gael fue incapaz de esconder sus emociones, sus sentimientos recibieron una fuerte impresión de escuchar semejante propuesta. ¿Le gustaba su propuesta? Ni el mismo lo sabía.

-Pues que así sea, deambula por este planeta y descubre lo que encierra para ti. Analiza a las personas que mataste sin ser consciente de ello y algún día, en el que tengas todos tus recuerdos te preguntaré si quieres morir, aceptaré tu voluntad.

-No esperaba encontrar aspectos positivos a tu propuesta, es todo un honor. Pero prométeme que no te extralimitarás en tus acciones mientras estés solo.

-No puedo prometer eso, solo te diré que no haré desaparecer a nadie. ¿Aceptas de todas formas?

Silencio. La estancia en el palacio lunar muestra unas cristaleras por las que puede observarse la tierra, estando en la posición perfecta para verla en todo momento como centro de la cúpula, demostrando que el edificio había sido creado teniendo todos los pormenores en cuenta.

Gael observándola, viéndose rodeado de armas, encontrándose frente a su hijo y rey del mundo siendo él un sencillo monstruo que debe ahogar sus sentimientos; en esa situación se da cuenta de que tiene un deseo.

-…………. No estoy en situación de rechazar semejante propuesta.

-No mientas.

-Solo te miento con palabras, soy un libro abierto para ti, ¿no es suficiente?

-Claro que no, los mejores deseos son aquellos que no nos atrevemos a decir en alto, ¿tienes miedo de que alguien te oiga?

-Es simplemente la vergüenza de ser demasiado sincero, como sabes se me dan mal las palabras.

-Abre la boca y déjame claro tu deseo, solo yo y estas armas te estamos atendiendo.

-…………………………………….

-¡Has matado a Dios! ¡¿A QUÉ COÑO LE TIENES MIEDO?!

Las palabras retumban en la recámara, las plantas vibran, algunas armas se caen con un estruendoso ruido metálico. Mientras tanto, el brillo en los ojos de Clead se graba en la retina de Gael quedándose grabada un zona neblinosa brillante que sin importar donde observe le recuerda la mirada de su hijo, el todopoderoso.

-……Mi deseo es hablar…con todos los que maté…… y… y disculparme…

Las palabras salieron débilmente, casi en contra de su voluntad, viéndose forzado a mostrarle al mundo el deseo que oculta, el remordimiento que intentó borrar de su mente el día de su muerte.

Tras oír sus palabras sin necesidad de usar su poder de manipulación, la serenidad de Clead vuelve a sus facciones, mostrando una sonrisa burlona e inocente.

-¿Ves? No era tan difícil. Hazlo, no puedo decirte cuando lo harás, pero les pedirás perdón a todas las personas que mataste. Eres libre, ve y disfruta de la vida que te negaron.

Sin inmutarse, Clead hizo que Gael desapareciera, o al menos ya no estaba ahí.

-¿Has oído, Esthar? Tu hijo tiene remordimientos, eres incapaz de leerle tan bien como creíste, pero yo te mostraré como es en realidad, tienes derecho a conocerle.

Una sombría sonrisa se mostró en la cara de Clead en ese momento, y como si de un reloj de arena se tratara, lentamente y sin aparentarlo comenzó a transformarse en una inquietante mueca que parecía reírse del mundo. Y siendo incapaz de contenerse, explotó.

-¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA! ¡TE DARÉ EL MEJOR ESCENARIO EN EL QUE DISCULPARTE, TE DEJARÉ UN SUEÑO EN EL QUE ALOJARTE DURANTE EL TIEMPO QUE TARDES EN ENCONTRAR TU RESPUESTA! Ve, vive y disfruta, mi tiempo es eterno pero tus deseos son los que más disfruto cumpliendo.

Y mirando al cielo, apuntándole con el dedo como si quisiera dispararle al planeta que la cúpula apuntaba mostrando extrañamente una cruz señalando el pleno centro del planeta, comienza sus últimas palabras de la noche antes de ahogarse en una risa que se me antoja demoniaca.

-Que comience la remuneración del mundo. Que los libros realmacenen la historia, que el planeta refleje su origen y que las manillas del reloj señalen al pasado. Cada roca revivirá su papel, cada planta representará su creación, cada animal demostrará sus instintos y cada persona… fu, cada persona volverá a definir el significado de libre albedrío; que a mi señal comience el Eterno Teatro de Almas.